viernes, 4 de diciembre de 2020

Consciencia y Equlibrio Emocional

Por miles de años en las escuelas espirituales se ha estudiado al hombre como un ser constituido de un cuerpo, alma y espíritu. En el mundo moderno se comprende al hombre como un ser pensante y muy recientemente se empieza a estudiar y comprender su dimensión sentimental y emocional. En realidad, somos seres espirituales y los pensamientos, sentimientos y emociones son manifestaciones del alma y la conciencia.

Cuando observamos la dinámica de nuestros pensamientos, sentimientos y emociones, nos damos cuenta que nos convertimos en lo que pensamos, sentimos y hablamos. El hombre en sí mismo es la obra suprema de la Creación, pero el hombre psicológicamente es lo que él piensa y siente que es. Lo que pensamos y sentimos de sí mismos es lo que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida.

El pensamiento es creador, pero lo que hace que los pensamientos se hagan realidad es la energía del sentimiento y la emoción. La eterna Ley de la Vida es: Lo que tu piensas y sientes lo haces realidad. Donde está tu atención allí estás tú. Cuanto más intenso sea el sentimiento dentro del deseo más rápido se hará realidad.

La necesidad de controlar y vigilar los pensamientos no puede ser subrayada demasiado, pues el dominio de los sentimientos y emociones juega el papel más importante en la vida para mantener el equilibrio mental, salud, éxito y logros en los asuntos mundanos o del ser personal de cada individuo.

El pensamiento crea, el sentimiento y la emoción es lo que anima los pensamientos y la imaginación es la facultad de ver lo que pensamos y sentimos. Todo pensamiento que sentimos y visualizamos en nuestra mente lo podemos hacer realidad, el único requisito es aceptar el contenido exacto de nuestro pensamiento o imagen mental.

Nos convertimos en lo que pensamos y en lo que sentimos, por eso hay que aprender a vivir en atención para darnos cuenta delo que pensamos y sentimos de momento en momento. Cada pensamiento es como una semilla que sembramos y que tarde o temprano germina, crece, se desarrolla y da frutos. El sentimiento y la emoción son el abono que el pensamiento necesita para que se desarrolle y de frutos.

Los sentimientos son estados anímicos duraderos que pueden ser generados por la emoción o por la reflexión. Las emociones son estados anímicos espontáneos secundarios que revelan los momentos de agitación del alma ante estímulos externos o internos y nos dan la capacidad de sentir ya sea alegría, miedo, enojo, etc. Los instintos son los estados anímicos primarios de sobrevivencia, reproducción, preservación de la vida, etc.

El ser humano no ha sido capaz todavía de hacer que la razón rija su vida, vive sumergido continuamente en un mar de emociones, pasiones y sentimientos encontrados, que son en definitiva los que marcan el rumbo de sus vidas. Los seres humanos no han aprendido aún a guiarse por el razonamiento y lo hacen por sus emociones y sentimientos. La eterna lucha entre lo que se debe hacer y lo que se desea hacer es una realidad, tanto en el hombre como en el gobierno de los pueblos.

El planeta tierra es un salón de clases para el desarrollo de la naturaleza emocional, cuando la corriente de vida ha alcanzado la maestría sobre la naturaleza del sentimiento, se gradúa. Mientras mantengamos pensamientos y sentimientos de odio, de condenación, de crítica, envidia, celos, temor, dudas o sospechas y permitamos que esos pensamientos y sentimientos generen irritación dentro de uno, con seguridad tendremos desarmonía, fracaso y caos en el cuerpo, la mente y nuestro mundo. Poner nuestra atención en los pensamientos, sentimientos y emociones negativas es absorber sus vibraciones e invitarlos a que entren en nuestra mente, cuerpo y asuntos.

Según los investigadores, las emociones primarias son la alegría, el miedo, el enojo y la tristeza. Para la Metafísica y la Kabbalah las emociones fundamentales son el amor y el temor de donde derivan las demás. Las emociones son estados del alma, también son aprendidas y también se pueden cultivar.

Recordemos que los pensamientos no pueden convertirse en cosas hasta que son revestidos con sentimientos. Cualquier discordia en los sentimientos rompe con la Ley del Amor, que es la Ley del Equilibrio, la Armonía y la Perfección.

Las emociones positivas tienen el poder de generar en nuestro interior un estado de armonía, de paz y felicidad. El amor, la gratitud, el entusiasmo, el optimismo, la alegría, son ejemplos de sentimientos y emociones positivas. El primer paso para superarnos emocionalmente es comprender la dinámica emocional, luego equilibrar los sentimientos y emociones y finalmente cultivar nuestros sentimientos y emociones positivos (Continuará).

Es importante saber que conforme aprendemos, crecemos y nos desarrollamos en la escuela de la vida, vamos archivando en la memoria las impresiones e impulsos que recibimos del mundo exterior a través de los cinco sentidos, para usarlas posteriormente en asociaciones que dan vida al proceso mental de todo ser humano; pero existe otro tipo de impresiones que no son registradas en la memoria, sino en el alma, tales como el amor, el odio, los rencores, las angustias, etc.

La inconsistencia de las emociones que el niño recibe de sus padres, pueden provocar en él una inconsistencia emocional que se manifestará a lo largo de su vida, y será muchas veces la causa de no poder controlar sus emociones, y podrá ser la raíz de su impulsividad que probablemente le ocasione problemas cuando sea adulto (Continuará). ¡Nuestros mejores deseos de Armonía, Equilibrio, Salud, Paz, Bienestar y Prosperidad!

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