Existe un principio
universal que dice: “El amor todo lo salva”. Ninguna creación del Dios Amor de
todas las religiones está destinada al castigo, la enfermedad, la muerte o
accidente. Sólo el ser humano en su ignorancia ha creado el caos, la desarmonía
y el sufrimiento en este mundo. En la mente de Dios estamos destinados a ser
luz entre las estrellas. El Plan Divino para todos es lograr la realización de
nuestra naturaleza espiritual y aprender a usar conscientemente la energía a
través del dominio de nuestras facultades creadoras. Si queremos una verdadera
superación personal o espiritual es necesario perdonarnos a sí mismos y a los
demás, porque nadie puede perdonar a un semejante si no se ha perdonado antes a
sí mismo.
El perdón es un acto de
amor que rompe las cadenas que nos atan y que creamos en el pasado por los
resentimientos, remordimientos, sentimientos de inferioridad, culpas, críticas
y otros, y que hemos acumulado a través de nuestra vida presente y vidas
pasadas. El perdón corta la atadura del resentimiento de quien hizo el daño
como el rencor de quien lo recibió.
Cuando nos perdonamos
nos estamos amando a sí mismos. El perdón es el poder curativo del amor. Hay
que perdonarnos por haber aceptado ofensas, molestias, enfermedades, castigos,
golpes, insultos y sufrimientos. Perdonar es eliminar toda la sensación de
amargura, de rencor o de venganza y dejar de pensar en la forma que más nos
lastima. Es importante darnos cuenta que el castigo divino no existe porque
Dios es Amor y Misericordia, el ser humano debe comprender que hay Leyes que
rigen la Creación y la Vida, y debe aprender a vivir en armonía con ellas. Dios
no juzga a nadie, las personas por sus creencias son las que se juzgan a sí
mismas y son las que deben perdonarse a sí mismas para poder perdonar a sus
semejantes.
En cada latido del
corazón todos los seres humanos recibimos la Energía Divina de la Vida en su
estado de pureza y perfección, y de acuerdo a lo que pensamos, sentimos y
hablamos le imprimimos una cualificación, desafortunadamente si a la Energía
Divina le imprimimos una cualificación negativa, por Ley de Atracción y por Ley
de Causa y Efecto atraeremos a nuestra vida la cualidad que le hayamos impreso.
Cuando comprendemos que
la energía que generamos se nos regresa encontramos muy buenas razones para
perdonar: vamos a perdonar por beneficio propio, porque se me regresa, porque
necesito cambiar mi vida, porque debo armonizarme a mí mismo, porque merezco
liberarme de toda culpa, porque necesito rodearme de energía positiva, porque
ya no puedo dañarme a mí mismo y porque los demás seres humanos son también
Creación Divina.
Perdonar a un
delincuente no significa estar de acuerdo con él, sino que lo hacemos por
compasión. Por supuesto, no debemos permitir imposiciones o malos tratos,
debemos librar nuestras propias batallas con Amor, Sabiduría, Justicia y buena
Voluntad. Acostumbremos mirar a las personas al entrecejo y decirles
mentalmente: “Yo te amo, Yo te bendigo, Yo te perdono”.
Hacer un llamado a la
Ley del Perdón es cumplir con el Edicto Divino por medio del cual un individuo
puede obtener la remisión de sus propias transgresiones personales a la Ley de
la Vida. La aplicación de la Ley del Perdón purifica el alma de todos los errores
como preparación para su completa unión a Dios, Yo Soy.
La Era de Acuario es
una Era de Luz, es la Era de la Libertad, la Era del Séptimo Rayo y hoy podemos
invocar a la Ley del Perdón por los errores cometidos en nuestra vida presente
y vidas pasadas. Todo lo que vivimos es producto de nuestra forma de pensar, de
sentir, de hablar y de actuar. En vez de quejarnos de las cosas que experimentamos
en el día a día, recordemos que estamos viviendo los efectos de las causas que
creamos en el pasado; la Ley de Causa y Efecto tiene como propósito enseñarnos
lo que debemos aprender en la escuela de la vida y así poder evolucionar,
avanzar, superarnos, progresar.
Si invocamos la Ley del
Perdón podemos consumir todas las creaciones negativas del pasado con la Llama
Violeta. La Llama Violeta es la Llama de la Misericordia y la Compasión, la Purificación
y la Transmutación y con ella podemos transmutar todos los errores pasados y
presentes que muchas personas entienden como Karma o pecado. La Llama Violeta
es la Llama de Acuario. El uso de la Llama Violeta disuelve y transmuta la
energía mal cualificada y cuando su uso es acompañado con el verdadero deseo de
perdonar actúa como por arte de magia. La Llama Violeta es una actividad del
Amor. La Llama Violeta es la Presencia de Dios Purificando.
Cada vez que nos damos
cuenta de un error debemos invocar la Ley del Perdón y pedir Fuerza y Sabiduría
para no repetir el error una segunda vez. Dios, todo Amor, tiene una infinita
paciencia y no le importa el número de nuestros errores. Si Dios en su infinito
poder no nos condena ni culpa, ¿qué trae dolor y aflicción a nuestras vidas? Si
aún desobedientes somos perdonados por el Padre, ¿qué nos atribuye la decisión
de perdonar o no a un hermano? Recordemos que seremos perdonados así como
perdonemos.
Todos sin excepción
hemos cometido errores, por esta razón se debe invocar la Ley del Perdón, ya
que si se está sintiendo crítica, condenación u odio jamás podremos prosperar.
Aquel dicho antiguo: A menos que tu perdones, ¿cómo esperas ser perdonado?, es
una de las leyes más incomprendidas. Ponte con determinación a ordenar tu casa.
Si fueras a hospedar un huésped distinguido, sin duda pasarías días trabajando
con ahínco, puliendo y preparando todo para recibirlo. ¡Cuánto más importante
es el preparar sus consciencias y corazones para que la Presencia de Dios Yo
Soy pueda manifestarse plenamente, haciendo resplandecer el Fuego Sagrado
Violeta purificando conciencias y corazones!
Cuando trabajamos con
la Ley del Perdón primero debemos invocar a la Presencia de Dios Yo Soy, y
luego a uno o más de los Seres de Luz del Séptimo Rayo, el cual es el Rayo de
la Misericordia y del Perdón, y pedir la transmutación de todos los errores
conocidos o desconocidos hacia la Perfección Divina.
Estos son algunos
decretos de la Ley del Perdón y la Llama Violeta que podemos hacer para obtener
nuestra libertad y felicidad:
"Yo Soy la Ley del
Perdón y la Llama Violeta Transmutadora en acción en mi ahora. Gracias Padre
porque ya está hecho.”
“Yo Soy la Ley del
Perdón y la Llama Violeta Transmutadora de todos mis errores pasados y
presentes, su causa y su efecto. Gracias
Padre porque ya está hecho.”
“Yo soy la Ley del
Perdón y la Llama Violenta Trasmutadora de toda acción no armoniosa y toda
creación humana, desde ahora hacia atrás al momento de mi individualización.
Gracias Padre porque ya está hecho.”
“Yo Soy la Presencia de
Dios, que mantiene el Fuego Violeta, ardiendo en todo mi Ser y en todo mi mundo
y me mantiene sellado en un Pilar de Fuego Violeta, que transmuta al instante
toda creación humana, en mí y alrededor mío. Gracias Padre porque ya está
hecho.”
¡¡¡Que la Presencia de Dios te Ilumine, te Guie y te Proteja!!!